Hay una serie de tácticas que le ayudarán a configurar su jornada de la manera más eficaz.
Método Ivy Lee
Muchos directivos experimentados prefieren pasar un rato tranquilo por la noche para planificar el día siguiente.
Este método, conocido como Método Ivy Lee, tiene la ventaja de eliminar la barrera que impide actuar por la mañana. En efecto, para muchas personas, el acto de decidir en qué trabajar ya supone un gran esfuerzo, lo que se conoce como "fatiga de decisión".
Al tomar las decisiones por la noche, empiezas el día siguiente sin tener que decidir nada. Lo único que te queda es trabajar en los temas que has priorizado.
Muchos empresarios alaban la eficacia de esta metodología a la hora de rendir cada día.
Destaque
La mayoría de las personas, cuando deciden en qué van a trabajar hoy, tienden a hacer una lista de 5 a 10 cosas.
Aunque hacer una lista tiene la ventaja de priorizar los elementos de trabajo, la mayoría de la gente acaba el día con muchos elementos sin tocar entre manos. En otras palabras, día tras día, tiendes a coger mucho más de lo que puedes masticar.
Este comportamiento es fácilmente explicable: te proyectas en un estado de éxito (todas las tareas se han cumplido) más que elaborar una lista que sea realista con los recursos de que dispones (por ejemplo, tiempo). Lo interesante es que, incluso a nivel cotidiano, sobrestimamos fácilmente nuestra capacidad para realizar cosas.
Los autores del libro Make Time proponen un enfoque diferente: en lugar de enumerar de 5 a 10 elementos, elija la tarea más importante de su lista.
Supongamos que sólo puede realizar una tarea al día. Cuál elegirías para que, al final del día, te sintieras bien por los progresos que has hecho?
Esta táctica es eficaz porque al reducir el número de elementos a uno solo, resulta más fácil actuar en consecuencia. Como tu cerebro puede enmarcar más fácilmente la duración y los requisitos para su realización, sientes que el final no está tan lejos, lo que a su vez aumenta la motivación y ayuda a alcanzar un estado de concentración.
Cómete la rana
Comerse la rana es otra táctica que se alinea con la metodología Highlight en el sentido de que se centra en un único elemento cada vez.
Este método consiste en elegir la tarea más difícil de la lista diaria y trabajar en ella a primera hora de la mañana.
La eficacia de esta táctica se debe a que su nivel de energía es alto por la mañana. Por lo tanto, deberías utilizarla para tareas intensivas de alta cognición, las tareas que requieren bastante concentración.
La próxima vez que empieces el día con algo de tiempo libre, en lugar de consultar el correo electrónico o navegar por las redes sociales, elige la tarea más importante y ponte manos a la obra.
Eat the Frog y Highlight funcionan muy bien también por la dopamina que se libera en tu cerebro como resultado. Una vez completada la tarea, sentirás que ya has ganado. El resto del día es un bonus y puedes disfrutarlo, tal vez incluso completar algunas tareas aburridas que, de otro modo, habrías dejado aparcadas durante días. Si estás en racha, quizá merezca la pena seguir y hacer que sea un día perfecto completando también esas tareas molestas...
Esta es también la razón por la que algunas personas hacen ejercicio por la mañana. Sientes que ya has hecho algo increíble aunque sólo sea por la mañana. El resto del día sólo puede mejorar.
Bloqueo temporal
El problema con las técnicas anteriores es que, en primer lugar, necesitas disponer de algunas horas para poder siquiera plantearte centrarte en algo.
Ya hemos hablado de la técnica de bloqueo del tiempo, que no es fácil de aplicar con las herramientas de calendario más populares, pero que la mayoría de los calendarios modernos admiten.
Además de los productos que podrían hacer más manejable tu alocada agenda mediante el bloqueo del tiempo teniendo en cuenta tus preferencias horarias, muchas personas recurren a otras técnicas como la técnica Pomodoro.
Si encontrar tiempo para concentrarse le resulta difícil durante el día, considere la posibilidad de levantarse más temprano, incluso de ir a la oficina antes de que llegue todo el mundo. El momento en el que no haya nadie será especialmente adecuado para concentrarse, ya que habrá menos distracciones.
Limítate a no consultar el correo electrónico ni visitar las redes sociales.