Hemos visto cómo capturar todos sus pensamientos y centralizar todas las tareas y solicitudes entrantes en un único sistema. Ahora puede ver fácilmente todos los elementos que deben tenerse en cuenta en cualquier momento.
Esta sección tratará sobre cómo gestionar mejor su tiempo, aprendiendo a priorizar lo que es importante, a delegar lo que pueda y, lo que es más importante, a controlar su agenda para presupuestar con precisión el tiempo destinado tanto a reuniones como a tareas.
La característica fundamental de los directivos es que su trabajo consiste en asegurarse de que las personas a las que dirigen puedan progresar.
Un aspecto que a veces se olvida es la diferencia entre tareas activas y pasivas. Las tareas activas son las que realizas tú mismo, mientras que las pasivas son las que supervisas y progresan independientemente de tu tiempo. Una de las reglas clave para los directivos es dar siempre prioridad a las tareas pasivas sobre las activas (las tuyas).
En otras palabras, si alguien a quien diriges necesita tu ayuda para progresar, siempre debes sacar tiempo para ayudarle, sin lo cual tú, como máximo responsable, estás ralentizando a todo el equipo. Una vez resueltas todas las cuestiones para que tu equipo progrese, solo entonces podrás atender tus propias tareas.
El mayor riesgo es caer al otro lado del espectro, ayudando a todo el mundo en tu equipo, a veces incluso de forma proactiva (lo que no siempre es bueno), sin atender tus propios asuntos. En última instancia, esto lleva a pasar largas tardes y fines de semana trabajando para ponerte al día con tu trabajo.